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Las emociones y el Síndrome de Boca Ardiente: el miedo

Las emociones y el Síndrome de Boca Ardiente: el miedo

El Síndrome de Boca Ardiente es una condición compleja y multifactorial a la que usualmente se atribuyen factores psicológicos.

Las emociones como el miedo, juegan un papel clave no obstante, es importante identificar otros aspectos en este complejo síndrome.

Hace un tiempo mi dentista me dijo que para sanar debía cerrar la boca 

¿Pero por qué? Si tengo muchas cosas que decir!!

Otro amigo al que consulté años atrás me dijo por el contrario que debía hablar de lo que me preocupaba 

Por ello, hoy te quiero contar lo que nos pasó hace un par de días

De regreso a la ciudad, tras unos maravillosos días en Oaxaca nos paramos en una gasolinera 

Mi esposo bajó al baño mientras yo me espabilaba después de una noche de mal dormir y comencé a ver el teléfono para ubicar un sitio para comer cercano 

Entonces, un hombre se acercó por la ventanilla del conductor y me dijo que le abriera 

Todavía somnolienta, le dije que no tenía la llave 

¡Se abre por dentro!- amenazó el tipo y me mostró algo que tenía en su bolsillo

No supe si era un arma 

Entonces se dio la vuelta para acercarse a mi ventanilla 

Mis hijos en el asiento posterior me gritaban que no le abriera 

El fulano insistía a través del cristal y entonces me dijo que se alejaría para que “no tuviera desconfianza”

Yo no entendía

Le pregunté si quería dinero, pero no contestó 

Le dije que mi esposo volvería en unos momentos y lentamente se sentó en frente de la camioneta 

Por mi mente pasó el que efectivamente tuviera un arma y disparara 

Yo suplicaba que no lo hiciera 

Mi vida pasó en unos segundos 

Entonces, escuché como se levantaban los seguros del auto, una señal de que mi esposo se acercaba 

Cuando él llegó a la camioneta, aquel hombre se acercó y le dijo 

Jefe- 

Pero mi esposo lo ignoró y se subió

En ese momento, mis hijos y yo comenzamos a gritarle y él sin saber lo que sucedía arrancó 

Todavía con el temor de que el sujeto efectivamente trajera un arma y disparara, les grité a mis hijos que se agacharan 

A decir verdad, no se si la traía o no 

No se si se apiadó de mis súplicas 

O como me dijo mi esposo, estaba bajo el influjo de alguna droga 

Emociones como el enojo o el miedo suelen activar mi sensación de ardor en la boca 

Lola la chismosa, como me gusta llamar ahora a mi lengua es una detectora de peligros infalible 

Mientras escribo esto, esa señal parece activarse de nuevo

Pero he aprendido a que es mejor contar estas cosas a guardárselas 

Todavía hoy en la mañana desperté con la cara de ese hombre 

Uno de mis hijos me ha dicho que el Papa Francisco ha intercedido por nosotros 

Y quizá sea verdad 

Nota: los hechos ocurrieron el pasado domingo 20 de abril en la Autopista México – Puebla Km 109.7 San Miguel Xoxtla afuera del Café Mi Viejo y Oxxo te invito a tomar precauciones

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Mi boca en llamas: el año en que Troya comenzó a arder

Mi boca en llamas: el año en que Troya comenzó a arder

 Todo empezó en enero de 2013. Acudí a un tratamiento dental que había iniciado en diciembre anterior.

Una incrustación y una limpieza dental después de las cuales comencé a notar cambios en un órgano al cual en realidad le había puesto muy poca atención: la lengua.

Unas vesículas sobre la superficie aparecieron acompañadas de ardor, razón por la cual llamé a la dentista que me había atendido.

No es nada – me dijo y me prescribió telefónicamente un ungüento el cual hizo que las vesículas desaparecieran, pero no así el ardor. 

Pasaron los días y la sensación de quemazón justo en la punta de la lengua continuaba. Era la primera vez que me ocurría algo semejante.

En el momento en el que empecé a escribir esta historia, no tenía idea de la importancia de algunos detalles.

 Desde niña había tenido problemas bucales debido a que mi boca es pequeña, su apertura no es tan amplia y con frecuencia me sangraban las encías, una condición conocida como gingivitis. Mis padres sufrieron con su dentadura desde jóvenes. Parecía algo hereditario.

En mi caso, también desde muy joven, muchas de mis piezas fueron reparadas con amalgamas. Hoy existe un gran debate al respecto al uso de las amalgamas y aunque muchos dentistas consideran que siguen siendo las más resistentes, grupos y organizaciones se manifiestan en contra de su uso debido a sus efectos neurotóxicos.

Incluso la OMS ha recomendado evitar su uso en niños y embarazadas.

 

Cuando me casé, comencé a ser tratada por el dentista que tenía su consultorio en el edificio de departamentos en el cual vivíamos.

Sin embargo, en esa ocasión, y habiéndonos mudado tiempo atrás de casa, acudí con otra dentista que me habían recomendado.

Es común escuchar que “la mejor escuela es la que te queda más cerca”, pero en este caso me preguntaba, si la historia hubiera sido distinta de haber acudido con el dentista de siempre.

En esa época, rentaba un consultorio en un conocido hospital del sur de la ciudad, el cual compartía con otros médicos, entre ellos un neurólogo.

Al hablarle de mis molestias, me dijo: A ver, saca la lengua-

En una revisión rápida en el pasillo y dado que las vesículas habían desaparecido, no encontró evidencia que le indicara de alguna alteración por lo que se apresuró a decirme:

No tienes nada. Haz enjuagues con té de manzanilla lo más caliente que lo toleres- y se marchó apresurado.

La molestia no mejoró a pesar de seguir sus indicaciones; pero lo que más me incomodaba, fue la manera en cómo había negado lo que yo sentía.

Ya tenía yo varios días sintiendo esa quemazón en la lengua, y aunque nunca fue incapacitante, ni interfería con mi vida, mi molestia era real. Yo seguía comiendo y hablando con normalidad, pero era incómodo, como una piedra en el zapato.

Pensé entonces en las pacientes con fibromialgia, un síndrome complejo el cual apenas comienza a comprenderse.

Estas pacientes, en su mayoría mujeres, sufren severos dolores en todo el cuerpo además de otros síntomas como fatiga crónica, malestares estomacales, entre otros.

Las mismas son vistas con frecuencia como histéricas, hipocondriacas, y otros calificativos que les atribuyen quienes piensan que las molestias de aquellas están solo en su imaginación.

Desde luego que la sensación en mi lengua nunca fue semejante a lo que estas pacientes pueden experimentar, quienes además del desdeño con el que se les trata, ven deteriorada su calidad de vida.

Aunque no era mi caso, creo que en cualquiera de ellos los profesionales de la salud debemos hacer hincapié en una de las facultades humanas esenciales para esta labor: la empatía.

Una amiga, aquejada de otro tipo de cuestiones me decía que prefería no hablar de ellas ni ir al médico porque sentía que era vista como alguien con mucha imaginación.

Pienso que este tipo de actitudes pueden desalentar el hecho de que algunas personas puedan ser tratadas efectivamente en el momento adecuado y con ello tener consecuencias importantes en su salud.

Creo también que el dolor es una señal de nuestro cuerpo que nos avisa que algo no está bien y que desde luego se ve influida por diversos factores, como por ejemplo el estado emocional, pero si te duele o te molesta algo, debes consultar al médico.

Y éste, además de hacer el diagnóstico y prescribir el tratamiento adecuado, debe poseer la suficiente empatía para entender tus molestias.

 

Solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos-
Antoine de Saint Exupery

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Mi boca en llamas: un llamado a la esperanza

Mi boca en llamas: un llamado a la esperanza

Me considero una optimista irremediable 

 

 Por eso creo que hay muchas cosas que pueden y deben mejorar. Tanto en la formación de los profesionales de la salud, como en la relación médico-paciente.

 

Este viaje de sanación que recorrí por casi una década me hizo darme de los errores que como profesionales muchas veces cometemos, así como algunos aspectos que descuidamos en nuestra relación con los pacientes.

En esta historia, en la cual me tocó estar «del otro lado» pude darme cuenta de todo ello. 

A pesar de las emociones que me generó: miedo, enojo, tristeza, entre otras, hoy mantengo la esperanza de que mi libro, sea un llamado de atención y esperanza

En particular, para que los problemas de las mujeres no sean estigmatizados, que no se les diga que «todo está en su cabeza» como tantas veces me dijeron, y que puedan ser vistas, como todo ser humano debe ser visto: de manera integral

 

Ya seas paciente o profesional de la salud te invito a leer

 

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Mi boca en llamas: una década de investigación sobre la boca ardiente

Mi boca en llamas: una década de investigación sobre la boca ardiente

 ¿Has pasado mucho tiempo enferm@ o quizá no sintiéndote como te gustaría?

Después de casi una década de padecer la boca ardiente decidí publicar este libro que resume mi historia con este padecimiento y todo lo que investigué al respecto de esta condición.

 

 

Algunas fechas importantes

 

Fue en el verano de 2017, cuando decidí hacer algo bueno con esta experiencia, y no solamente padecerla como lo había hecho a partir de que debuté con esta condición, en enero de 2013

 

Registré la primera parte en 2018 cuando no estaba ni cerca de resolver el misterio de la boca ardiente

Fueron casi 10 años de lidiar con esta condición, y hacerme muchas preguntas, como quizá tu lo estés haciendo ahora

 

    • 🔥 ¿Por qué me arde la boca?
    • 🔥 ¿Cómo apago este fuego?
    • 🔥 ¿Qué debo hacer?

 

Además de aprender mucho sobre esta condición, padecer la boca ardiente me dio una gran oportunidad, y fue la de aprender cuán importante es la salud bucal y su relación con la salud del resto del cuerpo

 

Mi ardor bucal me puso también “en el lugar del paciente” y poder darme cuenta de todos los errores y omisiones que los profesionales de salud podemos cometer,

 

Confío en que los lectores aquejados por una condición crónica, cualquiera que esta sea, se sientan identificados en sus inquietudes, y poder despertar conciencia entre los distintos profesionales de la salud acerca de las cosas que debemos cambiar

 

Una década de investigación sobre la boca ardiente

Ale, es una joven artista que ha hecho su propia interpretación de esta nota

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Cómo Laura enfrentó el Síndrome de Boca Ardiente

Cómo Laura enfrentó el Síndrome de Boca Ardiente

 El ardor que le cambió la vida

Laura, una ejecutiva de 45 años, jamás imaginó cómo esa sensación de ardor en la boca podía acabar con su carrera y su vida.

Lo que comenzó como una leve irritación tras un tratamiento de endodoncia que le hizo un dentista, se convirtió en un dolor intenso e interminable.

Después de ese tratamiento, su lengua y paladar comenzaron a arder como si hubiera tomado café hirviendo por accidente; el ardor en el paladar y las encías cada día se intensificaba más y no le daba tregua, no podía concentrarse en su trabajo e incluso beber agua fría no era suficiente para aliviar su malestar.

“Sentía que mi boca estaba encendida todo el tiempo y no había forma de apagar el fuego”, relata Laura. 

 

Su lucha contra un síntoma invisible

 

Sus síntomas después de más de años no se detuvieron; por el contrario, Laura empezó a notar una sequedad bucal insoportable que ninguna cantidad de agua podía aliviar.

Su saliva perdió su textura natural, intensificando el ardor en la lengua y haciendo que comer fuera una experiencia frustrante.

Además, enfrentó una pérdida del sentido del gusto, lo cual le robó el placer de disfrutar sus comidas favoritas, e incluso limitó sus compromisos de trabajo.

Su desesperación aumentó cuando los médicos no encontraban respuestas claras.

Finalmente, un especialista, le dio un nombre para su tormento: Síndrome de Boca Ardorosa o Glosodinia, una enfermedad de la boca ardiente que afecta a una pequeña parte de la población, pero que además de acuerdo a este especialista, no había cura.

 

La esperanza de un cambio real

Durante más de tres años Laura probó todos los tratamientos caseros que le recomendaron sus amigas, así como los medicamentos recetados por sus doctores, sin embargo, los resultados fueron completamente nulos. Sin embargo, un día este escenario desolador cambió.

Laura supo a través de las redes, mi historia con la boca ardiente. Estaba sorprendida de que alguien como yo le diera esperanza, pues todos los especialistas que había consultado hasta el momento, le habían dicho que tendría que vivir con esta condición.

En la consulta, comenzamos con un diagnóstico integral, y como parte de ello, le sugerí realizarse algunos estudios de Medicina Funcional para poder descubrir la raíz del problema.

Descubrimos que había mucho que mejorar en relación a su estilo de vida, lo cual incluyó sus hábitos de alimentación, transformar su rutina diaria, someterse a un tratamiento integral de desintoxicación y tener un sistema de suplementación.

Trabajamos también en el manejo de estrés y prácticas de autocuidado, pues aunque las emociones no son la causa de la boca ardiente, pueden actuar como desencadenantes o agravantes de los síntomas.

 

Su historia es un testimonio de que, aún cuando este síndrome puede parecer imparable, y aunque los médicos le habían dicho que no tenía cura, ella pudo tomar el control de su salud y su carrera y está volviendo a tener una vida normal. Laura aprendió a aliviar el ardor en la boca y, aunque aún enfrenta desafíos en su vida, ya no está definida por el dolor.

 

Descubre Cómo Puedes Recuperar Tu Vida

 

Si tú o alguien que conoces enfrenta la desesperación de la enfermedad de la boca ardiente, no estás solo.

En mi libro “Mi Boca en Llamas: mi viaje de sanación para recuperar mi salud”, comparto mi viaje personal con el Síndrome de Boca Ardiente, mis aprendizajes, y los descubrimientos que me ayudaron a transformar mi vida.

Recuerda que NO tienes que vivir en el dolor; siempre hay cosas y formas de mejorar

 

Conoce mi historia y toma el control de tu salud hoy. ¡El cambio está a tu alcance!

 

 

 

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