El ardor que le cambió la vida
Laura, una ejecutiva de 45 años, jamás imaginó cómo esa sensación de ardor en la boca podía acabar con su carrera y su vida.
Lo que comenzó como una leve irritación tras un tratamiento de endodoncia que le hizo un dentista, se convirtió en un dolor intenso e interminable.
Después de ese tratamiento, su lengua y paladar comenzaron a arder como si hubiera tomado café hirviendo por accidente; el ardor en el paladar y las encías cada día se intensificaba más y no le daba tregua, no podía concentrarse en su trabajo e incluso beber agua fría no era suficiente para aliviar su malestar.
“Sentía que mi boca estaba encendida todo el tiempo y no había forma de apagar el fuego”, relata Laura.
Su lucha contra un síntoma invisible
Sus síntomas después de más de años no se detuvieron; por el contrario, Laura empezó a notar una sequedad bucal insoportable que ninguna cantidad de agua podía aliviar.
Su saliva perdió su textura natural, intensificando el ardor en la lengua y haciendo que comer fuera una experiencia frustrante.
Además, enfrentó una pérdida del sentido del gusto, lo cual le robó el placer de disfrutar sus comidas favoritas, e incluso limitó sus compromisos de trabajo.
Su desesperación aumentó cuando los médicos no encontraban respuestas claras.
Finalmente, un especialista, le dio un nombre para su tormento: Síndrome de Boca Ardorosa o Glosodinia, una enfermedad de la boca ardiente que afecta a una pequeña parte de la población, pero que además de acuerdo a este especialista, no había cura.
La esperanza de un cambio real
Durante más de tres años Laura probó todos los tratamientos caseros que le recomendaron sus amigas, así como los medicamentos recetados por sus doctores, sin embargo, los resultados fueron completamente nulos. Sin embargo, un día este escenario desolador cambió.
Laura supo a través de las redes, mi historia con la boca ardiente. Estaba sorprendida de que alguien como yo le diera esperanza, pues todos los especialistas que había consultado hasta el momento, le habían dicho que tendría que vivir con esta condición.
En la consulta, comenzamos con un diagnóstico integral, y como parte de ello, le sugerí realizarse algunos estudios de Medicina Funcional para poder descubrir la raíz del problema.
Descubrimos que había mucho que mejorar en relación a su estilo de vida, lo cual incluyó sus hábitos de alimentación, transformar su rutina diaria, someterse a un tratamiento integral de desintoxicación y tener un sistema de suplementación.
Trabajamos también en el manejo de estrés y prácticas de autocuidado, pues aunque las emociones no son la causa de la boca ardiente, pueden actuar como desencadenantes o agravantes de los síntomas.
Su historia es un testimonio de que, aún cuando este síndrome puede parecer imparable, y aunque los médicos le habían dicho que no tenía cura, ella pudo tomar el control de su salud y su carrera y está volviendo a tener una vida normal. Laura aprendió a aliviar el ardor en la boca y, aunque aún enfrenta desafíos en su vida, ya no está definida por el dolor.
Descubre Cómo Puedes Recuperar Tu Vida
Si tú o alguien que conoces enfrenta la desesperación de la enfermedad de la boca ardiente, no estás solo.
En mi libro “Mi Boca en Llamas: mi viaje de sanación para recuperar mi salud”, comparto mi viaje personal con el Síndrome de Boca Ardiente, mis aprendizajes, y los descubrimientos que me ayudaron a transformar mi vida.
Recuerda que NO tienes que vivir en el dolor; siempre hay cosas y formas de mejorar
Conoce mi historia y toma el control de tu salud hoy. ¡El cambio está a tu alcance!